Tedel

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Imagina a un padre preguntando a su hijo qué quiere comer hoy. Imagina al niño responderle con entusiasmo, «¡pizza!» y al padre decirle «Bueno, ¡entonces vamos por pizza!» Si eres como la mayoría de nosotros, no te parecerá que tenga nada de malo darse un gusto con el chico de cuando en cuando.

¿Pero qué me dirías si te digo que esta conversación ocurre todos los días, y que el muchacho come pizza un día, hamburguesas el siguiente y golosinas en el que le sigue? ¿Qué pensarías del padre ahora? Seguramente que no es un buen padre. Probablemente recalcarías que un todos debemos comer sano, especialmente los niños. Quizás agregarías que los chicos necesitan comer ensaladas y garbanzos y pescado fresco, incluso si no les gusta mucho.

Bien, algo similar ocurre hoy, en nuestras narices, con nuestras comunidades digitales. Algunas de ellas son como golosinas. Son famosas. Nos ofrecen entretenimiento gratis, oportunidades gratuitas de hacer negocios y muchas otras cosas, pero son propiedad de corporaciones que usan algoritmos para mostrarnos lo que ellos piensan que vamos a querer ver, y que registran todo lo que todos hacemos en ellas para analizarlo después. Otras son como garbanzos. No usan algoritmos, no acumulan ningún dato y, a pesar de ser mucho menos famosas que las otras, ofrecen una experiencia social auténtica a todos sus usuarios.

No te voy a preguntar cuál de ellas te parece mas sana porque estoy seguro de que ya sabes la respuesta. Estoy más interesado en saber con qué has decidido alimentarte hoy: golosinas o garbanzos.