Disminuir el gasto público = Eliminar los privilegios de la "clase política".

La principal "industria nacional" ha consistido, durante décadas, en fabricar "políticos", ciudadanos "dependientes" o "socios" de políticos. Los bienes "no justificados", obtenidos a través de la corrupción (también durante décadas y merced al ejercicio de la función pública: pisos; mansiones; cuentas millonarias en dólares; estancias; etc.), nunca han "reingresado" al Estado. Tampoco los integrantes de la "clase política" han sido "responsables" por sus (desafortunadas) decisiones políticas (económicas y legislativas), las que han tenido, entre otras consecuencias, la confiscación de los ahorros (de los pequeños ahorristas, en particular), la pérdida de negocios y empresas; el deterioro del valor de la divisa y de nuestra "calidad de vida". Del mismo modo, nunca han sido responsables por la "decadencia" de las instituciones, con motivo de su directa injerencia, situación que les ha posibilitado instaurar un régimen "cuasi feudal" en muchas de ellas. Los funcionarios públicos (apadrinados políticamente) se manifiestan con arbitrariedad y autoritarismo en sus actos; y no responden (ni civil, ni penal, ni administrativamente) por ello. Los integrantes de la "clase política" siguen recibiendo una cuantiosa dieta mensual, viáticos terrestres y aéreos pagos; cuentan con choferes y numerosos asesores (supuestamente "necesarios" para redactar algún que otro proyecto de ley). De todo ello, resulta que siempre somos los ciudadanos ("no políticos" ni "socios" de los políticos), los que tenemos que "achicarnos" periódicamente (patrimonialmente). Somos los que pagamos "la fiesta" y los "platos rotos".

¡ Saludos !

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